Rome Total War Alexander. Las Nuevas Termópilas
Nuestra mala situación económica nos ha obligado al licenciamiento de muchas de nuestras tropas haciendo recaer todo el peso de las próximas batallas en los Hoplitas, Falanges y Caballería Ligera. Los generales también tienen la capacidad de reclutar soldados en la misma región en que se encuentren. A estos se les llama Mercenarios. Esto significa que no necesariamente tenemos que hacernos con un ejército haciendo uso de nuestros cuarteles. La única diferencia que existe en principio es el tema económico. Dependiendo de la región así será el coste del reclutamiento, que habitualmente sale más caro que si lo hiciéramos en nuestros enclaves. Lo verdaderamente costoso es su mantenimiento, que ronda por el doble de lo habitual.
Adelantada la campaña y construidos los edificios de mejoras de armas, los soldados que reclutemos en nuestros enclaves serán mucho más fuertes que los Mercenarios, que para ponerlos al mismo nivel tendremos que trasladarlos a esos enclaves y volverlos a instruir. Lo mejor es reclutarlos en situaciones críticas, y al siguiente turno licenciarlos. Pero en este caso tampoco haremos uso de ellos.
Ya sabemos que nuestros infantes son fuerzas compactas y casi impenetrables, pero que su debilidad la tienen en los flancos y retaguardia. Si sabemos que son casi perfectos de frente y carecemos de otras tropas de apoyo, debemos buscar otras posibilidades para hacer un buen uso de ellos.
En la batalla de las Termópilas el espartano rey Leónidas dispuso a sus falanges en un paso estrecho y sólo cuando el enemigo encontró uno por la retaguardia pudieron derrotarlos. En Rome Total War no hay pasos de esas características pero si otras zonas donde colocar nuestras falanges para hacerlos invencibles.
Situémonos en el mapa y observemos a Parmenio. Las falanges que le hemos enviado como refuerzos no llegaran en este turno a contactar con él. Podríamos hacer que él retrocediera hasta ellas. ¿Sería lo correcto?
Si hacemos clic en Parmenio nos aparecerá en color verde su zona de desplazamiento. Una opción sería lanzarlo directamente hacia Halicarnaso, sin esperar refuerzos, pero hemos de enfrentarnos primero al ejercito persa tan numeroso y lo haríamos en campo abierto. La otra opción sería retrasar a Parmenio en busca de esos refuerzos, pero si el ejército persa decide atacarnos en el próximo turno, también se llevaría la batalla a campo abierto. Lo ideal sería evitar el enfrentamiento en este terreno y hallar una zona idónea para nuestras tropas. Máxima de nuestra falange: no perder la formación y el enemigo frente a nuestras sarissas.
Si ampliamos la imagen y observamos detenidamente esa zona verde, comprobaremos que para que se produzca el enfrentamiento, un ejército u otro ha de cruzar el río que hay entre ellos. En este juego, los ríos sólo se pueden cruzar por los sitios apropiados. Esos sitios se llaman vados y encontraremos bastantes de ellos en el Mapa de Gestión.
Mausoleo de Halicarnaso
Cojamos a nuestro Parmenio y situémoslo en el vado de ese río, con sus dos tropas de Hoplitas, dos de Falanges y dos de Caballería Ligera. Haremos de ese paso unas nuevas Termópilas. Aguantaremos ahí la gran maquinaria persa, en principio con sus veinte tropas, pero estoy seguro que entre esa neblina de guerra iran apareciento más. Nuestra estrategia militar estará basada en lo que ocurra en el siguiente turno. Sólo nos queda hacer clic en la imagen que representa un reloj de arena.
Por cierto, en los años 353-352 ac un ejército ateniense compuesto por 5000 hoplitas y 400 jinetes intentó detener a Filipo II de Macedonia en las famosas Termópilas. Filipo consiguió pasar.
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