sábado, 23 de junio de 2007

Rome Total War Alexander. Esta Vez No Pasaran



Cualquier campaña que juguemos con Rome será diferente, por lo que en estos primeros movimientos que hemos realizado sobre el Mapa de Gestión, puede que los persas ataquen inmediatamente a Parmenio ó puede que permitan que las tropas de refuerzos lleguen a él.

En este turno han hecho lo primero, atacar, y nada más hacerlo nos aparece El Pergamino de Despliegue de la Batalla con información de los ejércitos participantes.

Sobre el Campo de Batalla

Aunque en el Pergamino de Despliegue indicaba que serían 535 de los nuestros, frente a 1499 enemigos, en realidad sólo utilizaremos a la infantería en el enfrentamiento y como formaré una tropa tras otra, todo el peso de la batalla recaerá en la primera línea, ó lo que es lo mismo 121 macedonios contra 1499 persas. Las tres tropas restantes estarán para reforzar el frente, en especial cuando la Caballería Pesada enemiga ataque.

Para esta situación se pueden realizar distintas formaciones, como por ejemplo las dos falanges al frente en una línea única, pero siempre queda un hueco entre ellas que a veces suele traer problemas. Yo prefiero situar una tropa tras otra, a veces, la primera con algo más de grosor en el centro.



También podríamos situar los Hoplitas al frente, pero en esta ocasión no conviene. ¿Por qué? Si damos a Pausa, podremos averiguar las características y calidad de las tropas enemigas haciendo doble clic sobre cada una de ellas, y siempre que no estén muy lejos. Nos daremos cuenta que este ejército dispone de Mercenarios Griegos, o sea, Hoplitas, que tienen la misma calidad que los nuestros tanto en defensa como en ataque, por lo que nos interesa situar al frente tropas más aptas que éstos, nuestras falanges.


Incluso podríamos hacer una especie de formación en U. Las falanges serían la base de esa U y se encargarían de contener mientras los Hoplitas darían caña por los lados. Antes de decidirnos por esta formación debemos observar las tropas de largo alcance que tiene el enemigo y su situación sobre el terreno, porque puede que nuestra infantería reciban por el costado ó la espalda las flechas de los arqueros. Las posición que adquieren las lanzas de nuestros infantes también les protege enormemente contra disparos de este tipo, pero han de estar frente por frente a éstos. En este caso, los persas cuentan con cico tropas de arqueros. Nos van a dar leña.



Una cosa importante, nuestra infantería debe contener, no atacar. Si ordenamos atacar, la formación se perdería y con ella disminuiría la fuerza compacta de nuestro muro de lanzas, y por supuesto, el enemigo acabaría envolviéndolos y acabando con ellos. Nuestra ventaja está en ese vado. Es como si tuviéramos dos muros a los lados. Nosotros debemos encargarnos de situarlos sobre el terreno, y ellos, formados en falange, deben mantener la posición. Dar caña si, pero sólo al que se le ocurra intentar pasar .


Sólo cuando el enemigo decida retirarse del combate acabaremos la faena utilizando la caballería. Recordemos que la de Parmenio es la única Caballería Pesada con la que contamos y por lo tanto la única preparada para lanzar ataques. La Caballería Ligera sólo conviene usarla en situaciones críticas y cuando el enemigo huya.

Cuando aparecemos en el Campo de Batalla debemos desactivar la formación en falange que tienen nuestros infantes, porque esta no les permite correr. Deben lanzarse a formar lo antes posible frente a la zona de vado, que aparece algo más clara que el resto del río. Si el enemigo logra pasarlo nada más comenzar la contienda, nuestra estrategia se irá a la mierda


Formación

Lo que más nos costará de esta Expansión Alexander será aprender a mover correctamente el movimiento de nuestros Hoplitas y Falanges. Creo que ahí es donde falla el juego. Comprobaremos que será difícil hacernos con el control para que las falanges deshagan la formación especial, corran, formen en un sitio determinado y vuelvan a la formación especial, sobre todo si son varias tropas a la vez. Lo mejor es practicar en las partidas personalizadas.


En el segundo capítulo dedicado a la instalación y controles del juego señalé lo importante que era tener todas las teclas de movimiento de cámara y control de tropas lo más a mano posible. Para mí se me ha hecho muy necesario que las teclas de Correr, Formación Especial, Posición de la Tropa sobre el Terreno, y Pausa, estén todas muy cerquitas.

Comenzamos a dar Caña

-1.Formamos a la Infantería frente por frente y lo más cercano al vado.
-2.Algo más retrasados y fuera del alcance de los arqueros situamos la Caballería.
-3.Quitamos la Formación de Falange de la Infantería.
-4.Iniciamos el Despliegue de la Batalla.
-5.Damos inmediatamente a Pausa.
-6.Sin quitar la Pausa seleccionamos una tropa de Falanges y marcamos con el ratón donde deben situarse y como queremos que formen.
-7.Seleccionamos la segunda Tropa de Falanges y pulsamos la Barra Espaciadora. De este modo aparecerá la situación que tendrá la primera Tropa de Falanges para facilitarnos colocar esta Segunda.
-8.Con los Hoplitas hacemos igual. La Barra Espaciadora nos irá indicando como quedaran todos nuestros chicos sobre el terreno.
-9.Ponemos a toda la infantería en posición de Carrera.
-10.Quitamos la Pausa, y nada más hacerlo vemos como toda nuestra infantería corre velozmente a situarse en la posición que hemos marcado. Es una chulada verlos.
-11. Cuando estén formados activamos de nuevo la Formación Especial de Falanges. Sólo nos queda esperar el embiste.

En este tipo de situaciones es conveniente observar si nuestra primera Tropa está recibiendo muchas bajas. Si es así, es mejor retrasarla antes de que huyan, y la segunda línea quedaría al frente. En el caso de que la primera se de a la fuga, podemos coger a nuestro general y ordenarles que vuelvan. La única condición es que Parmenio esté lo suficientemente cerca de ellos y que la tropa esté algo alejada de la contienda.


Observaremos que el enemigo a veces parece que se retira, pero hay que tener cuidado de no lanzar a la caballería antes de tiempo, ya que puede que se trate de una trampa y se vuelvan para nosotros cuando menos lo esperemos. Por este motivo no conviene lanzar nuestra infantería cuando el enemigo huye, ya que nos situaríamos en terreno desfavorable y desperdigados. Con tantos enemigos acabaremos rodeados.

Cuando es más seguro que el enemigo huye, es cuando su general cae, ya que inmediatamente de que esto ocurre el ejército entero pierde efectividad y moral. Recordemos que las estrellas de los mandos juegan un papel importantísimo en el enfrentamiento, y por eso mismo no es muy prudente lanzarlos a batallar innecesariamente. Una de las Campañas que he jugado, concluyó tontamente porque lance a Alejandro con su caballería, y se lo cargaron. Me quedé más cortado que una mojama. No era necesario, pero lo hice. Acordaros, si cae un general muchas menos posibilidades de ganar una batalla, pero si cae el Magno, se acaba la partida.



Otra cosa, no siempre ocurre, pero a veces nuestros jinetes caen al pasar entre las lanzas de nuestras propias falanges, es como si fuera un fuego amigo. Por ello, cuando el enemigo huye, acostumbro a dejar un paso libre entre las falanges para que los caballos cuando carguen, no caigan entre nuestra filas inútilmente.

Resultado de la Batalla

Las contiendas se desarrollan siempre diferentemente, por lo que unas veces podremos eliminar la mitad del contrario y otras destruirlo totalmente. Al acabar la batalla nos saldrá un Pergamino con información. Cuando se nos dice que hemos conseguido una victoria épica, ésta beneficia a nuestros generales, ya que son ascendidos con más estrellas. En el caso de nuestro ejército no hubiera tenido un general, sino un capitán, a éste también se le reconoce el mérito y puede que incluso lo asciendan a general. Ya sabéis, con las batallas difíciles podemos aumentar el número de generales en nuestros ejércitos.


Podemos ampliar los detalles pulsando en el icono de Estadísticas de la Batalla. Aquí se nos muestra, por ejemplo, las bajas que hemos causado y las que nos han causado. Incluso, los soldados que han caído pero que se han recuperado. Y un apartado importante, la experiencia obtenida. En este juego, no es por ejemplo como en el Imperial Glory, que el ejército entero adquiría experiencia si entraba en batalla. En Rome sólo adquieren experiencia las tropas que en verdad luchan en el campo de batalla. Si nos fijamos bien, cuando suben de nivel en el transcurso de la batalla se iluminan brevemente.

Si observamos detenidamente este último pergamino veremos que hay cifras que en principio parecen no cuadrar. Por ejemplo, una de nuestras tropa de falange, la situada al frente, ha conseguido eliminar a 682 persas, sin embargo, la falange situada en la segunda línea ha sufrido más bajas. ¿Por qué? Porque los arqueros enemigos, para no acabar con sus propias tropas, no suelen atacar a la primera línea de batalla. ¿Nos puede valer esto? Pues sí, ya que si alguna vez nos enfrentamos a ejércitos con catapultas, por ejemplo, es bueno lanzar a nuestro ejército a toda carrera y situarnos lo antes posible justo en frente del enemigo. Sus máquinas no suelen disparar, pero si lo hacen dañaran también a los suyos.

En este primer enfrentamiento hemos podido saber que si unimos la fabulosa capacidad de nuestras falanges con una buena posición sobre el terrero haremos daño, mucho daño. Esta es la base de nuestra estrategia.

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